martes, 21 de octubre de 2008

Cultivando las raices de la sabiduría.4

EL que se sea feliz o no
depende de que tan pocas preocupaciones se tengan.
El que la desventura venga o no
depende de lo disperso que se encuentre el corazón.
Solo el que está lleno de preocupaciones
se da cuenta de que el tener pocas lleva a la felicidad.
Solo el que tiene un corazón tranquilo
puede saber que la agitación atrae calamidades.

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