La esencia del corazón es como la esencia del cielo:
un pensamiento de felicidad
y aparecen estrellas y nubes de buen auspicio;
un pensamiento de enojo
y se desatan truenos y lluvias violentas;
un pensamiento de benevolencia
trae vientos suaves y dulce rocío;
un pensamiento de obstinación
es como el sol ardiente o el cielo de otoño.
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